Penúltimo amanecer desde esta colina. Penúltimo amanecer, mientras que el anochecer se me escapó de las manos, otra vez en ese abismo en el que ya te conté, que algo sucedía cuando mis sentimientos debieran convertirse en palabras, pasó de nuevo. Fallé de nuevo. Penúltimo amanecer, menos mal que no de este Septiembre, casi caduco, y lo perenne que siento debía haber caído de los árboles de la madurez tiempo atrás. Maldito Septiembre, aunque cuán bellas cosas me has regalado, ¿será que la culpa es de Octubre? ¡Ése temprano Otoño! Tempranos son mis dedos que se desmelenan entre seis cuerdas, antes de que lo haga mi cabeza dentro de cada cascada mañanera. Tempranas son, sin duda, mis entrañas (si es que degbiera denominarlas así) a esas que no me dejan, me dirigen al sur, pero el aire me impide dejar el norte.
"Lo entendería mil veces si me lo explicaras con la miel que susurran tus ojos, perdona que yo no pueda explicarte nada de lo que gritan los míos, lo intenté, pero algo sucede en ese abismo en el que los sentimientos debieran convertirse en palabras"
¡Cuánto trabajo me has dado, corazón, estos meses que se hacen llamar verano!
"Lo entendería mil veces si me lo explicaras con la miel que susurran tus ojos, perdona que yo no pueda explicarte nada de lo que gritan los míos, lo intenté, pero algo sucede en ese abismo en el que los sentimientos debieran convertirse en palabras"
¡Cuánto trabajo me has dado, corazón, estos meses que se hacen llamar verano!